Escribir es como viajar, pero no viajar como un turista sino como un viajero que deambula, nunca sabes lo que te puedes encontrar tras una esquina, el viaje se convierte entonces en una aventura, igual que la aventura de adentrarnos en una historia que no sabemos dónde nos llevará.
A veces creemos que tenemos la historia dominada pero no es así, lo que estamos contando toma el control y nos sentimos pequeños, llevados por esa otra voz que nos domina, ahora bien, si continuamos el viaje sin rendirnos, aparece por fin la mano del narrador guiando de nuevo nuestros pasos.
Y entonces sentimos como que hemos llegado a casa, a la casa que nosotros hemos construido.
Oh, me ha encantado este escrito mucho porque me identifico mucho con él. Yo entro en este maravilloso viaje cada vez que pongo mis manos sobre el papel y dejo volar a mi imaginación, intento soltar mis dedos y dejar fluir todo lo que llevo dentro...
ResponderEliminarCada día me doy cuenta que necesito escribir, que me he enamorado loca y perdidamente la escritura porque ella me acompaña y me lleva de la mano a lugares por donde jamás pensé volvería a pasar. Y porque con ella soy feliz, muy feliz!
Me alegro que te haya gustado Claudia, ya somos dos las enamoradas locamente de la escritura y de la necesidad de entrar en ese particular viaje..... un abrazo fuerte
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