lunes, 11 de febrero de 2013

La doble vida

Para escribir es necesario sentir que somos otra persona, esa otra persona no se nos parece en nada, aunque a veces le vemos algún gesto similar y nos llama la atención. Cuando escribo, soy otra, sí, soy una parte de mi que desconozco y la dejo asomar para ver qué pasa. Llevo una doble vida. Me manejo a mi misma y la manejo a ella, pero a veces, ella, se levanta, erguida, y va y me dice: ¡rebélate¡ y yo, que no siempre obedezco los designios de mis personajes, le contesto: ¡¡rebélate tú¡¡
Las dos comprendemos el camino.

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